Dos periodistas italianos están bajo investigación como parte de su pesquisa en relación a los documentos filtrados que revelaron el despilfarro, avaricia y mal manejo en la jerarquía de la Iglesia católica, confirmó el miércoles el Vaticano.
Como se recuerda, los periodistas Gianluigi Nuzzi y Emiliano Fittipaldiescribieron libros donde detallan la difícil lucha que enfrenta el Papa Francisco reformando el Vaticano. Sus libros, publicados la semana pasada, se basan en documentos filtrados pertenecientes a una comisión especial que Francisco designó para poner en orden las finanzas de la Santa Sede y proponer cambios.
El vocero, Federico Lombardi, confirmó el miércoles que Nuzzi y Fittipaldi son investigados por magistrados del Vaticano por su posible participación en relación a los documentos filtrados.
Desde Berlín, Nuzzi dijo que no sabía nada relacionado con la investigación. Fittipaldi fue citado por su revista Espresso diciendo que es el precio que tiene que pagar por hacer su trabajo.
En los sistemas judiciales de Italia y del Vaticano, es usual que alguna persona sea investigada sin que haya cargos formulados contra ella. No quedó claro de inmediato si el Vaticano tendrá jurisdicción sobre los periodistas en caso de que obtuvieran los documentos fuera de las fronteras de la Santa Sede.
Tras la publicación en el 2012 del libro de Nuzzi, basado en documentos entregados por el mayordomo del papa Benedicto XVI, el Vaticanodeclaró ilegal la filtración de documentos.
Los libros estuvieron basados en reportes internos que revelaron pérdidas millonarias en los negocios inmobiliarios del Vaticano, más pérdidas en las tiendas libres de impuestos que mantiene la Santa Sede, los gastos exorbitantes requeridos para cada canonización, además de la avaricia de monseñores y cardenales que ansiaban residencias lujosas.
En particular ha sido mencionado el nombre del cardenal Tarcisio Bertone, secretario de estado del papa Benedicto XVI y quien es ampliamente criticado por los problemas que atribularon a ese papado. Bertone es la persona más nombrada en los documentos publicados por el libro de Nuzzi en el 2012, y según algunos fue ello el motivo de la renuncia de Benedicto XVI.
El libro de Fittipaldi, "Avaricia", va más allá del libro de Nuzzi, revelando que la fundación que mantiene al principal hospital pediátrico de Italia, el Bambino Gesu, pagó 200.000 euros (215.000 dólares) para renovar el apartamento de Bertone en el Vaticano, después de su retiro. Bertone ha insistido en que fue él quien pagó 300.000 euros de su propio bolsillo.
El miércoles, Bertone confirmó que recientemente se percató de que la fundación también pagó esa factura, pero aseguró que él nunca le dijo a la fundación que lo hiciera. En una carta al semanario de su antigua diócesis en Génova, Bertone dijo que le pidió a su abogado investigar el tema y prometió que tomará medidas "si es que se cometió alguna acción fraudulenta en mi nombre".
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