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miércoles, 9 de diciembre de 2015

César Acuña no es ingeniero, fue alumno fantasma


César Acuña no es ingeniero, fue alumno fantasma*


El ingeniero Masahiro Ywanaga Angulo, ha sido dirigente estudiantil en sus años mozos, profesor y decano de la Facultad de Ingeniería de la UNT, presidente de la Federación de Docentes de la UNT (FEDUNT), presidente de la Federación Macrorregional Nor Oriental de Docentes Universitarios, videpresidente de la Federación de Docentes de la Universidad Peruana (FENDUP), y presidente de la Asociación de Docentes Cesantes y Jubilados de la UNT. Ahora, en su calidad de maestro cesante, retirado de los avatares propios del ejercicio de la docencia y de la dirigencia universitaria pero siempre enhiesto y firme, como los viejos robles, ha accedido a ser entrevistado por Universitas sobre el controvertido caso de la graduación y titulación de César Acuña Peralta, actual burgomaestre de nuestro honrable ayuntamiento provincial.

  

Tráfico de Notas
Universitas: Ingeniero Ywanaga, entre los años 1989 a 1991 las primeras planas de los diversos medios de comunicación trujillanos fueron conmocionados por el escándalo de un tráfico de notas, de actas, de convalidaciones, y de graduaciones y titulaciones en la Facultad de Ingeniería de la UNT, que usted denunció públicamente en su calidad de decano. ¿No cree que se excedió al hacer pública su denuncia, considerando que con esto se manchaba el prestigio de la Casa de Bolívar y Sánchez Carrión?
Masahiro Ywanaga Angulo: Pasados más de 20 años de ocurridos los hechos, considero que fue una necesidad denunciarlos públicamente pues eran delitos de corrupción en los que estaban coprometidos muchas personas, incluyendo autoridades. No hacerlo habría significado avalarlos, como dice el refrán, el que calla otorga. Los que han manchado sin remedio el prestigio de la Univeridad han sido quienes festinando trámites y adulterando documentos realizaron grandes faenones al interior de mi Facultad.
Convalidación de fotocopias
U: ¿Cómo se inicia el caso?
MYA: Cuando fui director de la Escuela Académica Profesional de Ingeniería Química (EAP-IQ), descubrí que habían irregularidades como la desaparición sistemática de actas, por lo que muchos alumnos no podían continuar sus estudios, originándose interminables problemas de reclamos y denuncias sobre cobros y extorsiones por parte de los afectados. otro caso era la convalidación de cursos por la Oficina de Bienestar Universitario (OBU), con la sola presentación de fotocopias de actas sin exigir las actas originales, a pesar que la OBU no era ni es instancia académica. Un tráfico de escándalo. Alumnos fantasmas que nunca asistieron a clases, ni teóricas ni prácticas, aparecían aprobando los cursos con notas en actas adicionales, a destiempo y con matrículas extemporáneas, realizadas entre gallos y medianoche, podríamos decir, a pedido del cliente. Todo un carrusel. Los resultados de mis investigaciones las informé, por escrito, a los decanos de entonces, primero el ingeniero Fernando Neyra Bisso y, luego, el ingeniero Raúl García Angulo, quienes no hicieron nada.
El superdotado
U: Al usted ser elegido decano de la Facultad de Ingeniería, ¿qué ocurrió?
MYA: Cuando fui elegido decano, la Facultad de Ingeniería comprendía las Escuelas Académico Profesionales de Ingeniería Química, Ingeniería Industrial, Ingeniería Metalúrgica e Ingeniería Mecánica. Los problemas que yo había denunciado cuando fui director de la Escuela de Ingeniería Química ocurrían también en las otras tres escuelas de la Facultad. En mi calidad de decano encargué al ingeniero Juan Guerrero Llúncor, director de la EAP-IQ para que realizara una investigación exhaustiva sobre estas irregularidades. El informe del ingeniero Guerrero Llúncor destapó una verdadera caja de Pandora con nombres y apellidos, todos infestados por la corrupción más desaforada al seno de la propia Facultad de Ingeniería. En el colmo de los colmos, el alumno César Acuña Peralta aparecía aprobando en un ciclo 48 créditos (en el año académico de 1977) en lugar de 22 que era y es lo normal. Todo un súperdotado. ¡Ni Einstein! Además, había aprobado cursos secuenciales en forma paralela. Por si esto fuera poco, primero aprobó cursos superiores de línea y después los prerrequisitos, siendo esto imposible por razones obvias (ver facsímil de actas). Como también se comprobó, varios de sus documentos aparecían como ingresados a secretaría de la Facultad en días de huelga general indefinida (¡!). Lo cual es materialmmente imposible. Pero, a pesar de todas estas flagrantes irregularidades, ¡fue declarado expedito para sustentar una tesis bipersonal!
Alumno fantasma
U: ¿Algo más?
MYA: Apenas asumí el decanato me alcanzaron para que firmara, entre otros, el Diploma de grado de Bachiller de Ingeniería Química de César Acuña Peralta. No lo hice. No recordaba haberlo visto como alumno en los ambientes de la Facultad y al revisar mis actas del curso de Operaciones Unitarias I, que sólo yo dictaba en Ingeniería, no aparecía ni como matriculado ni como asistente el nombre de César Acuña, pero en su Certificado de Estudios aparecía con nota aprobatoria de 11 (once), gracias a una irregular Resolución Directoral de Bienestar Universitario. Es más, en sus certificados de estudios presentados, casi todos los cursos del señor Acuña aparecen aprobados gracias a la asombrosa Resolución de Bienestar de Universitario No. 0895-81 (¡!).
U: Entonces empezó el escándalo
MYA: A nivel externo, todavía. Internamente comenzaron primero los halagos, las invitaciones, los ofrecimientos, las presiones, las hostilizaciones y las amenazas de todos lados, hasta el rector de entonces el ingeniero Carlos Chirinos Villanueva. No cedí. Por el contrario, mediante Resolución de Decanato declaré Nulo todo lo actuado sobre el alumno fantasma César Acuña Peralta. El doctor Pedro Castillo Bécar, jefe de la Oficina de registro Técnico de la UNT, tuvo un gesto hidalgo que debo resaltar. Ante tanta irregularidad, mediante oficio No. 098-89-ORT, me solicitó "no existiendo matrícula académica registrada por el citado alumno César Acuña Peralta, se le declare NO EXPEDITO para la obtención de su Grado Académico y su Título Profesioanl por faltarle el número de créditos exigidos por la Escuela de Ingeniería Química, " (ver facsímil). Más claro, ni el agua. A pesar de todo, como los amedrentamientos y amenazas se hicieron más frecuentes, me vi obligado a denunciarlos públicamente mediante la prensa. Se hizo un escándalo que duró varios meses. Yo hablaba con pruebas y argumentos, y los mostraba. A cambio recibía diatribas e insultos mediáticos de muchos periodistas a página llena, aunque, debo reconocer, un buen sector de la prensa hizo eco de mis declaraciones y defensa de la moral en la UNT. Además, buen número de docentes y de estudiantes me apoyaron sin condiciones. Siempre les estaré agradecido.
Danza de millones
U: Pero, finalmente, César Acuña se salió con su gusto y recibió su título de ingeniero de la UNT...
MYA: Para verguenza eterna de las autoridades que hicieron posible que un señor que nunca asistió a clases se titulara, en efecto, siete años más tarde, así ocurrió. Sobre esto deberán responder el rector Guillermo Gil Malca y el decano Mario Alva Astudillo, que firmaron el grado de bachiller y el título de ingeniero fraguados de Acuña. El señor Acuña se salió con su gusto, cierto. Pero lo que nunca podrá demostrar es capacidad intelectual, menos conocimientos de ingeniería. La capacidad y los conocimientos no se pueden comprar. Basta escucharlo hablar para darse cuenta de sus graves limitaciones cognoscitivas. La pobreza de su lenguaje es alarmante y el atropello al idioma una verguenza. El señor Acuña sabe tanto de ingeniería como un albañil de física cuántica.
U: ¿Por qué renunció usted al decanato?
MYA: Después de más de un año de lucha diaria y de enfrentamientos en defensa de la transparencia y de la moral en la UNT, el poder corruptor del dinero fue comprando conciencias y voluntades. Acuña era un Midas que todo lo compraba y ensuciaba con dinero obtenido no se sabe de dónde. Me fui quedando solo con mis principios y con mi lucha contra la corrupción. Hasta que al final renuncié, pero sin venderme ni postrarme de rodillas. Renuncié al decanato de Ingeniería, pero no a mi lucha contra la corrupción.
U: Un mensaje final.
MYA: Aprovecho la oportunidad para saludar al SUDUNT por sus Bodas de Plata. Son 25 años de luchas estoicas en defensa de los derechos docentes y de la autonomía universitaria. Así mismo, con la serenidad que me dan mis 77 años de vida, aprovecho esta tribuna que me da Universitas para exigir a las actuales autoridades universitarias se revise el caso Acuña que sigue y seguirá constituyendo una herida abierta a la moralidad de la UNT y una afrenta a la inteligencia.


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